Monsieur Periné: entre lo francés y lo chévere

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Por María Antonieta Mejía

*Publicada el 22 de abril de 2016 en eltecolote.org

Redwood City.- Con total gracia y desenfado, Santiago Prieto -uno de los fundadores del grupo colombiano Monsieur Periné- cuenta vía telefónica el origen del nombre de la banda. Dice que en sus inicios, cuando tocaban en bodas y otros eventos sociales, decidieron que tenía más caché tener un nombre galo que uno colombiano… por aquello del malinchismo latinoamericano.

«Nosotros hacíamos muchos conciertos que eran bautizos, matrimonios y cosas así. Nos contrataba la gente… digamos, pudiente de Bogotá para amenizar sus eventos. Entonces, pues dado que en nuestros países en todo Latinoamérica hay un esnobismo y un malinchismo fuertísimo, nos decidimos poner un nombre francés para conseguir más trabajo», explica Santiago.

Prieto, cofundador del grupo que combina ritmos como el swing francés de los años 30 y 40 con el bolero y el jazz, asegura sentirse muy entusiasmado por el primer concierto que realizarán en San Francisco el próximo 5 de mayo.

«El de San Francisco es uno de los conciertos que más le tenemos expectativa, pues obviamente todos sabemos de la ciudad, de la gente que la habita, de cómo piensan y cómo viven el arte y la música» afirma el músico, mientras le da instrucciones a un taxista que lo lleva rumbo a una playa colombiana.

El grupo, conocido en el ámbito de la música latina alternativa, logró un Grammy Latino el año pasado en la categoría de Mejor Nuevo Artista. Santiago dice que para ellos ese triunfo fue «súper chévere».

«Estamos muy agradecidos con esa oportunidad que nos da la vida, sobre todo de poder mostrar la música. De últimas, los Grammys son una herramienta de marketing: puedes llegarle a más gente que la que le llegabas antes y te da una especie de sello de calidad; entonces eso nos ha venido muy bien», explica el músico, que toca el charango, el violín y la guitarra.

Su acompañante y la influencia francesa

Desde Colombia, Santiago cuenta que en el taxi rumbo a la playa va acompañado de ‘Cata’. Catalina García, la cantante del grupo, en buena medida también es responsable de la influencia francesa que los caracteriza.

Según Prieto, ‘Cata’ estudió en el Liceo Francés de Cali y por eso desde muy pequeña aprendió el idioma y la cultura. Además, dice que tanto él como otros miembros de la banda descubrieron desde muy jóvenes el gusto por la música del guitarrista gitano Django Reinhardt.

Ritmos latinos

La bien lograda fusión de ritmos latinos y europeos de Monsieur Periné han hecho que artistas consolidados como Eduardo Cabra de Calle 13 y Rubén Albarrán de Café Tacvba se interesaran por la música de la banda sudamericana.

Prieto dice que Cabra -‘Visitante’ de Calle 13- empezó a seguirlos a través de redes sociales, y después se puso en contacto con ellos. El artista de la famosa banda puertorriqueña produjo el álbum Caja de Música, con el que Monsieur Periné ganó el Latin Grammy el año pasado.

Por su parte, Rubén Albarrán participa con su voz en la canción Cempasúchil, que hace referencia a la famosa flor que se usa el día de muertos en México.

Para el grupo colombiano ha sido muy valioso todo lo que han aprendido a través de sus giras: dicen que toda esa riqueza cultural tratan de reflejarla en su música.

«El disco de cierta manera es un diario de viajes», dice Santiago acerca de Caja de Música. Al escucharlo «vas a México, vas a Europa, vas al mar, vas a las montañas».

Antes de la gira, a descansar a la playa

La gira norteamericana de Monsieur Periné comenzará el 27 de abril en Arizona y llegará a San Francisco el 5 de mayo con una presentación en The Chapel.

Pero antes de arrancar el tour, Santiago nos confirma que van de camino a la playa de Buritaca, en el norte de Colombia, donde descansarán un par de días y cargarán baterías para iniciar el periplo que los traerá por primera vez a la San Francisco.

*Publicada el 22 de abril de 2016 en eltecolote.org

http://eltecolote.org/content/en/arts_culture/colombian-band-blends-cultures-to-great-effect/

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La persistencia astronómica de José M. Hernández

Un hijo de campesinos de origen mexicano llegó hasta el espacio con una ‘sencilla’ receta que le enseñó su padre

José Hernández con su uniforme de astronauta.

Astro José con su uniforme de astronauta. Foto: Cortesía José Hernández/NASA

Por María Antonieta Mejía

STOCKTON, California.— Logró alcanzar de adulto uno de los sueños más descabellados que puede tener un niño a los diez años: ser astronauta. Su decisión no fue tomada a la ligera. La procesó mientras sostenía la antena de conejo de la televisión de su casa para que los demás pudieran ver bien la transmisión en vivo de la misión Apollo 17, en 1972. Cuando pudo soltar la antena, salió a la calle a ver la Luna llena. Después entró y volvió a verla otra vez en la pantalla de la TV. El pequeño José Hernández salió y regresó varias veces, hasta llegar a la conclusión de que quería viajar al espacio cuando fuera grande.

«Me emocionaba mucho porque escuchaba al reportero, Walter Cronkite, que narraba lo que estaba haciendo el astronauta. También se escuchaba al astronauta [Eugene Cernan] hablando con ‘Mission Control’ en Houston», recordó José Hernández en entrevista.

«Para mí era increíble que pudiera ver la Luna, a un cuarto de millón de millas, y al astronauta caminando [en la superficie lunar] y hablando con ‘Mission Control’ en vivo. Eso me fascinó y dije: ‘Esto es lo que yo quiero hacer'».

Después de viajar en el transbordador espacial Discovery, de ser candidato al Congreso de Estados Unidos y de escribir un libro sobre su inspiradora vida, Hernández sigue soñando muy alto.

Justo el día de la entrevista en su oficina de Stockton, California, el carismático astronauta hizo notar dos veces -medio en broma, medio en serio- que ese día la senadora del partido Demócrata por California, Bárbara Boxer, había anunciado que no contendería de nuevo por el cargo. Hernández dejaba claro que le interesa seguir intentando incursionar en la política estadounidense.

En su oficina de Stockton. Foto: Raúl Ayrala

Astro José en entrevista en su oficina de Stockton. Foto: Raúl Ayrala/Big Cabeza Productions

De campesino a ingeniero de la NASA  

La historia de Hernández, hijo de inmigrantes mexicanos originarios de La Piedad, Michoacán, es de contrastes. Después de haber trabajado de niño en el campo, al lado de sus padres y sus tres hermanos en la cosecha de frutas y vegetales en California, logró que la NASA lo empleara y lo enviara al espacio. Pero no fue fácil: lo rechazaron once veces antes de contratarlo.

Sentado en su oficina, ubicada en el centro de Stockton, José recordó lo que le dijo su padre campesino el día en que le soltó que quería ser astronauta. Primero, don Salvador lo sentó a hablar «de hombre a hombre» en la cocina de su casa.

«En ese instante, cuando dijo ‘la cocina’, yo me asusté», confesó Hernández: «la cocina» era el lugar en el que, además de hacer la tarea bajo la supervisión de su mamá, «aplicaban la justicia» cuando los hijos se portaban mal.

José recordó que su padre lo sentó en la misma silla en la que hacía la tarea y le preguntó con toda seriedad: ‘¿Por qué quieres ser astronauta?’. Él le habló de la fascinación que le había provocado la transmisión en vivo de la caminata lunar.

«Mi papá se me quedó viendo y me dijo: ‘Yo creo que sí puedes hacerlo’ (se me pusieron los ojos grandes en ese instante). ‘Es más, te voy a compartir una receta de cinco ingredientes, muy simples. Si los sigues al pie de la letra, yo te prometo que puedes llegar a tu sueño'», contó José que le dijo su padre.

Cuando trabajaba en el campo de chiquito soñaba con llegar hasta el espacio.

Cuando trabajaba en el campo de chiquito soñaba con llegar hasta el espacio.

Ingredientes para un sueño

  1. Define qué es lo que quieres ser en la vida:

‘¿Qué es lo que quiere ser Pepe cuando sea grande?’, le dijo. Ni tardo, ni perezoso el niño contestó: «astronauta».

  1. Reconoce qué tan lejos estás de esa meta:

«Yo no lo dije, pero pensé: más lejos no podemos estar. Somos campesinos».

  1. Tienes que crear una ruta, un mapa:

‘De donde sabes que estás, hasta donde quieras llegar. Ese mapa va a servir como guía, durante toda tu vida, para que llegues a tu meta’, le dijo don Salvador.

  1. Estudio:

‘No hay substituto para un buen estudio y preparación’, dijo al futuro astronauta su padre, que nada más estudió hasta tercer grado de primaria.

  1. Esfuerzo:

‘El esfuerzo que le pones tú allá en el campo los sábados y domingos y siete días a la semana en el verano, en la cosecha del pepino, jitomate, cebolla, durazno, cereza, uva, ese mismo esfuerzo lo pones aquí en tus libros y más adelante en tu trabajo. Siempre, siempre, siempre entrega más de lo que la gente espera de ti’, remató el padre.

‘Mezclas todo eso hijo, y esa es la receta para triunfar en la vida’, recordó José Hernández que le dijo su papá.

«Yo me fui a dormir bien a gusto esa noche porque me dije: ‘¡Guau! Mis papás piensan que puedo ser astronauta, así que lo voy a hacer’ «, aseguró el también aspirante a político.

Persistencia astronómica

El ingreso de Hernández a la NASA no fue sencillo. Después de uno de los once rechazos pensó en «tirar la toalla». Pero su esposa Adela le dijo que si no intentaba de nuevo se iba a quedar con la duda toda la vida.

—¿Cómo le hizo para no frustrarse cada vez que lo rechazaban y seguía intentando?

—Yo creo que lo que pasó en mí es que realmente quería ser astronauta, y por eso no me daba por vencido. Segundo, lo mejor que pude hacer cuando empecé a analizar por qué no me seleccionaba la NASA fue (después de como cinco años de recibir cartas de rechazo) hacerme una pregunta muy básica, muy simple, sobre los astronautas que elegían: ‘¿Qué tienen ellos que yo no tengo?’.

Para no quedarse atrás, José hizo un curso de piloto; luego uno de buceo, e incluso aprendió ruso, características que tenían los candidatos exitosos. Pasaron años y después de más rechazos volvió a cuestionarse: «¿Qué es lo peor que puede pasar si no me selecciona la NASA?».

«Que no me seleccionen [eso sería lo peor]. Pero… ¡fregados! Tengo una carrera tremenda, soy piloto y buzo. Es un buen premio de consolación». Además, lo mejor era que «disfrutaba todo lo que estaba aprendiendo».

Tras despertar del sueño

A pesar de todas las satisfacciones que le dio, Hernández confesó que el trabajo en la NASA lo limitaba. Después de llegar al espacio a bordo del Discovery lo empezaron a invitar de todas partes, especialmente de México, para que diera pláticas de motivación y contara su conmovedora historia. La agencia espacial no lo dejaba viajar con tanta frecuencia, ni concretar otros proyectos personales.

Cuando les planteó que quería escribir un libro para inspirar a las nuevas generaciones, la NASA le dijo que no podía porque sería para «lucrar». Insistió sugiriendo donar todo lo que ganara, pero tampoco lo dejaron.

Así que, cuando llegó el momento de decidir cuál sería su siguiente paso, Hernández optó por dejar la agencia espacial.

En 2011 y a petición del presidente Barack Obama, Hernández se lanzó como candidato al Congreso de Estados Unidos, pero perdió. Contendió por el Distrito 10 de California; el Republicano Jeff Denham, su oponente, le ganó.

Actualmente, Hernández tiene una empresa llamada «Tierra Luna», el mismo nombre del restaurante de comida mexicana que tuvo cuando vivió en Texas. Gracias a sus estudios de ingeniería y a la experiencia como astronauta, brinda asesoría técnica a gobiernos como el de México en temas como la compra y mantenimiento de satélites de comunicación.

«La compañía, nomás tiene un año y medio. Nos está yendo súper bien», dijo Hernández sentado en su sala de juntas. En el lugar, resalta al entrar una fotografía del astronauta con el ex presidente de México Felipe Calderón.

—¿Los gobiernos pagan mucho [por estos servicios]?

—Sí, es un trabajo muy especializado. No cualquiera lo hace, y sí, es bastante caro.

—¿Como cuánto cuesta uno de esos satélites?

—Cuesta como 300 millones de dólares. Y luego se le agregan otros 100 millones para lanzarlo. Entonces, son como 400 millones por cada satélite.

A pesar de haber perdido la contienda política que lo hubiera llevado a ocupar un lugar en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Hernández dice sentirse afortunado de poder dedicarse a su compañía de ingeniería hoy por hoy. Económicamente le conviene más, y le permite darle a sus hijos «la educación que ellos quieran».

La película de Astro José

Durante su viaje en el transbordador, José Hernández se volvió muy popular por tuitear en español desde el espacio, utilizando el nombre de @Astro_Jose. El ingeniero de 52 años ofrece charlas como motivador en los diversos eventos a los que lo invitan. Hace unos meses, inauguraron una escuela que lleva su nombre en la ciudad de San José, California.

También escribió el libro «El cosechador de estrellas». ¿Qué sueño le falta por cumplir a Astro José? Tener su propia película. Y tal parece que ése también se le va a cumplir.

Según José, la película la va a hacer Sergio Arau, quien se hizo famoso por la cinta «Un día sin mexicanos», una inteligente parodia sobre lo que podría ocurrir en Estados Unidos si los mexicanos dejaran de trabajar. Hernández cree que la cinta podría empezar a filmarse este mismo verano. También compartió que su hija quiere ser actriz, y que si el director lo acepta, a ella le gustaría salir en la película.

Bromeando, dice que si Salma Hayek o Eva Longoria interpretan a su esposa, él se ofrece a hacer de sí mismo.

Cuando le ‘cayó el veinte’

Un día en Stockton, después de trabajar una larga jornada en la cosecha del pepino, sentado en la parte de atrás del carro de su papá y con los pantalones de mezclilla tiesos de lodo y rasposos, el niño José Hernández pensó: «Tiene que haber una vida mejor que ésta».

Su padre lo miró a él y a sus hermanos cansados, por medio del espejo retrovisor. Al voltear a verlos, les dijo que recordaran ese momento «porque ése podía ser su futuro si no estudiaban».

Don Salvador les aclaró que no los iba a obligar a estudiar, ni a tener buenas calificaciones; pero que si tenían dudas acerca de cómo podría ser su futuro sin el estudio, ahí estaban viviendo en el campo lo que podía ser su vida adulta.

«En ese momento me encantó la escuela», dijo José.

José para presidente

La vida de José Moreno Hernández da muestras de que no es un hombre que se rinde fácil ante las adversidades. Perdió como candidato al Congreso, pero al parecer sigue teniendo en la mira la política.

En su oficina de Stockton -ciudad muy castigada por la crisis económica estadounidense, que se declaró en bancarrota en 2012, donde lo más emocionante es conocer al astronauta de origen mexicano- también hay una foto de José con el presidente Obama.

—Oiga, ¿no le gustaría ser el primer presidente latino de Estados Unidos?

Suelta la carcajada y se pone serio.

—Nunca hay que decir que no.

Datos adicionales:

-Nació el 7 de agosto de 1962 en French Camp, California (cerca de Stockton).

-Sus padres, Julia Moreno y Salvador Hernández, son originarios de Michoacán.

-Estudió ingeniería eléctrica en la Universidad del Pacífico.

-Estudió una maestría en ingeniería eléctrica y en computación en la Universidad de California en Santa Barbara.

-Aprendió inglés hasta los 12 años

*Publicada en ElTecolote.org

El milagro de Lila Downs

LilaPor María Antonieta Mejía

El nuevo CD de Lila Downs se llama Pecados y Milagros: los pecados son los que no permiten que México avance. El milagro es su hijo Benito.Siempre es un placer entrevistar a Lila para escuchar la lucidez de sus ideas y entender mejor el espíritu aguerrido y noble de sus composiciones musicales. Esta vez la conversación es telefónica, ella está en Oaxaca, nosotros en San Francisco, pero la cercanía que permite nos hace sentirla menos lejos.

Ahora sí quiere conversar más sobre el tema de la maternidad, se le agradece la apertura. En una entrevista previa con El Mensajero, realizada en 2009 en la panadería La Victoria del barrio latino de la Misión reconoció lo que dolía no poder ser madre, pero ahora pudo hablar de su milagro: su hijo Benito Dxuladi, a quien llama «mi bendición» en su nuevo CD.

«Ese es mi milagro, pues no pensé que me fuera a renovar de tan inmediata manera este bebé. Diario aprendemos cosas nuevas con él y nos divertimos mucho. Es una fuente de luz y de amor para mi familia», dice Lila mientras se escucha levemente la vocecita del pequeño al otro lado de la línea telefónica.

No cuesta mucho trabajo imaginar que el nombre de su hijo está inspirado en Benito Juárez, el presidente mexicano de origen zapoteco. «Sí, en Benito porque es oaxaqueño, pero también en el santo, porque San Benito es un santo milagroso», afirma la cantante de raíces oaxaqueñas y estadounidenses.

El pequeño Benito es adoptado, lo cual no fue una decisión fácil, ni rápida para Lila e incluso la dificultad de ser madre la llevó por caminos tormentosos.

«Fíjate que yo había perdido la fe, de ahí sale ese disco que se llama La Cantina [de 2006]. Me tiré un poco al vicio porque estaba muy triste de no poder concebir, y en todo esto pasaron como cinco años. Mi mamá trababa de convencerme de que yo debía adoptar, pero me costó mucho tiempo decidirlo, porque es una decisión grande», explica Downs.

«Ahora me doy cuenta, fíjate, que uno tiene mucho prejuicio acerca de la adopción, porque uno cree: hay pues no es mi sangre, no va a ser mío de verdad, no es de nuestra raza. Miles de cosas que tenemos, y la sociedad también. Entonces ahora he descubierto muchas cosas con la adopción», continúa.

En su nuevo CD que salió al mercado el 31 de enero Lila Downs afirma en la dedicatoria que su pequeño hijo Benito le «devolvió la fe en la vida». En la entrevista con El Mensajero Downs dice que no hay que mirar la adopción como algo negativo porque a ella le ha llenado la vida de alegría.

Religión y revolución

Su nueva producción, explica Downs, está inspirada en los ex votos mexicanos, también llamados retablos o láminas, que son ilustraciones realizadas en láminas de hojalata que se ofrendan a los santos para agradecer un milagro concedido.»Los ex votos modernos a mí me parecen muy fascinantes porque es como un diálogo con Dios y con los santos. En estos tiempos en que vamos pasando una etapa muy difícil en México […] cuando el pueblo ya está desesperado, como que tenemos más diálogos con Dios», afirma la cantante.

Cada uno de los temas de su nuevo CD viene acompañado por un retablo o ex voto inspirado en alguna de sus canciones. Estas quince pinturas realizadas por artistas mexicanos además de ilustrar el disco serán exhibidas en el Museo Nacional de Arte de México (MUNAL) hasta el 6 de marzo.

Una de las canciones interpretadas por Lila junto con Totó la Momposina y Celso Piña viene acompañada por un retablo que trae entre sus elementos gráficos la imagen de Emiliano Zapata, la muerte y un campesino, entre otras cosas. A él se refiere Lila para hablar más sobre la difícil situación que atraviesa México.

«Hay un tema que compuse que se llama Zapata se queda, que está dedicado al Caudillo, porque creo que todos nos identificamos de alguna manera con el revolucionario, como mexicanos. Por una parte queremos una sociedad más justa, más moderna, en la que se respeten nuestros derechos, en la que los políticos respeten nuestra dignidad; pero al mismo tiempo tenemos muchos problemas culturales que traemos, como la mentira, pecaditos que a veces los consideramos insignificantes, pero que todo eso aporta a que no haya una mejoría en nuestra sociedad», explica.

Otro de los retablos que destacan en el CD, por la metralleta que aparece en primer plano, es el que ilustra a la canción La reyna del inframundo, la cual pareciera hacer referencia a alguna narcotraficante famosa como La reina del Pacífico, sin embargo dice Lila, sin mencionar ningún nombre, que está dedicada a una persona muerta.

«Es un tema un poco en la tradición de la canción chusca que es crítica. En los cuarentas y cincuentas se acostumbraba componer temas que criticaban alguna situación social del momento, y yo creo que a eso se refiere la canción. Es alguien que ya murió porque estaba involucrada en el crimen organizado y finalmente ella está cantando desde la muerte», explica Downs.

La canción cuenta la historia de una mujer delincuente cuya alma se encuentra penando en el purgatorio a varios metros bajo tierra y desde allá le dice a su amor que ya no podrá «mirar su linda cara», «ni con todo el dinero de este mundo».

El nuevo CD y la gira

La nueva producción incluye canciones compuestas por Lila Downs y Paul Cohen, su esposo y productor musical, así como piezas clásicas de la música mexicana como Cucurrucucú paloma de Tomás Mendez, Fallaste corazón de Cuco Sánchez o Vámonos de José Alfredo Jiménez.Además incluye Tu cárcel de Marco Antonio Solís, la canción Solamente un día, al ritmo de bachata y el tema Pecadora, que canta con los argentinos Illya Kuryaki and the Valderramas.

La gira Pecados y Milagros arranca a mediados de febrero y pasará por Nueva York el 18, Watsonville el 22, San Francisco el 23, Los Ángeles el 25 y Chicago el 3 de marzo, entre otras ciudades. El concierto de San Francisco se realizará en el Herbst Theatre ubicado en 401 Van Ness Avenue, y es presentado por el California Institute of Integral Studies (CIIS). Para más información consulta Ciis.edu.

Publicado en El Mensajero.com

Entrevista con Isabel Allende

Isabel Allende firmando libros en su librería favorita Book Passage de Corte Madera. Foto: María A. Mejía

La escritora Isabel Allende firmando una de sus obras en su librería favorita Book Passage de Corte Madera, California. Foto: María Antonieta Mejía

Por María Antonieta Mejía

Publicada en la Revista R del periódico Reforma

San Francisco, Estados Unidos (24 agosto 2014).- Isabel Allende afirma que no es muy amistosa, ni muy sociable, pero en una presentación donde habló de su más reciente libro, dejó en claro que su descripción de sí misma puede ser producto de su vasta imaginación.

La escritora firmó libros, conversó con algunos de sus fans e incluso invitó a sentarse a su lado a una de sus admiradoras cuando le preguntó si podía sacarse una foto con ella.

Estaba en su librería favorita, Book Passage, de Corte Madera, California. La escritora chilena estadounidense, quien ha vendido más de 60 millones de libros, no dejó de hacer reír a los asistentes con sus anécdotas, una que otra mala palabra, y su agudo sentido del humor.

Semanas antes de su presentación, Allende concedió una entrevista telefónica para hablar de su primera novela de misterio: El juego de Ripper (Plaza & Janés, 2014).

La autora vive en el condado de Marin, cerca de San Francisco, desde que se casó con su esposo, Willie, en 1988. Dice que ésta, su primera novela de misterio, no la escribió específicamente para jóvenes, aunque algunos de sus personajes apelen a ellos. La obra cuenta con las características propias del género: sangre y varios muertos, pero tiene la particularidad de que la detective más eficaz de la historia, Amanda, es una adolescente sin uniforme de policía.

Isabel posa junto a algunos de sus libros y muestra su bolsa muy combinada. Foto María Antonieta Mejía

Isabel Allende posa junto a algunos de sus libros y muestra su elegante bolsa azul que combina con su atuendo. Foto María Antonieta Mejía


-¿Para escribir El juego de Ripper te inspiraste en tus nietos como en el libro anterior, El cuaderno de Maya (2011)?

-Cuando escribí este libro no se me había ocurrido quién iba a ser mi detective, pero me tocó ver a mi nieta Andrea jugando sola en la cocina con la computadora. Le pregunté qué estaba jugando, y me dijo: «Un juego que se llama Ripper». Y me cuenta que estaba jugando con otros compañeros del college (la universidad) a larga distancia por internet. Un juego en el cual cada uno de ellos toma una personalidad, y en el que se trata de atrapar a Jack El Destripador, en 1888, en Londres.

El juego de Ripper ocurre en la época actual y tiene referencias al San Francisco de hoy, con todo y su neblina. Cuenta la historia de Indiana Jackson, madre de Amanda Martín; habla de sus amores y de una serie de crímenes que se van entrelazando, y que al final provocan un desenlace digno de una película de acción. A lo largo del libro, Allende utiliza lugares reales, como la calle Columbus del barrio italiano de North Beach, lo que hace sentir más cercanos a los personajes.

Éste no es el primer libro en el que la escritora elige San Francisco para contar una historia. Hija de la Fortuna (1998) también transcurre en esa ciudad, pero durante la época de la fiebre del oro.

Isabel Allende Llona ha escrito una veintena de libros, algunos traducidos a 35 idiomas. Nació el 2 de agosto de 1942. Su padre era primo del derrocado presidente chileno Salvador Allende. Comparte nombre y primer apellido con la senadora chilena (hija de Salvador Allende) Isabel Allende Bussi.

Desde hace décadas, reside en el norte de California; pero el hecho de que varias de sus obras hablen de Chile hace pensar que no se ha curado de la nostalgia de vivir lejos.

-¿No extrañas vivir en América Latina?

-Yo voy a América Latina todo el tiempo. Tengo un pie aquí y otro allá, porque mis padres están vivos, viven en Santiago. Uno tiene 93, mi madre, y mi padrastro 98. No echo de menos por eso, porque puedo ir cuando quiera. A mí me es mucho más fácil escribir sobre Chile porque lo siento como adentro.

-¿Por qué elegiste otra vez San Francisco para tu novela?

-Creo que la historia de Ripper calzaba muy bien en San Francisco, porque es una ciudad clásica para la novela negra. Todo en ella es como mágico: tiene una geografía tan especial, tiene la neblina que yo creo que siempre ayuda. Y el hecho de que haya tanta diversidad.

Su agente literaria le sugirió escribir su libro más reciente junto con su marido Willie, pero de plano no pudo. Foto María Antonieta Mejía

Su agente literaria le sugirió escribir su libro más reciente junto con su marido Willie, pero de plano no pudo. Foto María Antonieta Mejía

Escribir a cuatro manos


Con Ripper la autora intentó seguir el consejo de su agente literaria, Carmen Balcells, y escribir un libro a cuatro manos junto con su marido, el también escritor y abogado William C. Gordon, pero al poco tiempo abandonaron la idea.

-¿Por qué no pudiste escribir el libro con tu esposo?

-Somos muy diferentes como personas Willie y yo, y muy diferentes como escritores. Él escribe novelas policiales, tiene mucha más práctica que yo en ese género; pero Willie escribe en inglés, yo escribo en español. Yo puedo pasar diez, catorce horas sentada en la máquina escribiendo, y te escribo las cosas a fondo, con mucho detalle. Willie tiene una capacidad de atención de once minutos, se distrae y hace otra cosa. Y, además, no investiga, porque todas sus novelas son situadas en San Francisco en los años sesenta, un lugar y una época que él conoce muy bien. Me di cuenta de que me iba a tocar el trabajo más pesado, que él se iba a llevar la mitad del mérito y que íbamos a terminar peleando como perros. Dije: «a mí esto no me conviene».

-Después de haber vivido tantos años en Estados Unidos, ¿no se te olvida a veces el español?

-Claro que se me olvida. Tengo permanentemente abierto el Google translate (traductor de Google) porque hay veces que me acuerdo de la palabra en inglés y no me acuerdo de la palabra en español. Y así y todo, cometo errores. Me sale mucho más fácil, si es ficción, en español, aunque tenga problemas con el lenguaje. El flujo de la imaginación se me da en español, no en inglés. En inglés puedo escribir un discurso, o escribir una cosa que no sea ficción, un artículo para un periódico. Pero la ficción es como el sueño; es tan orgánica, sale más del vientre que de la cabeza.

-Publicaste tu primer best sellerLa casa de los espíritus, en 1982. ¿Nunca pensaste en dejar de escribir?

-Sí. He pasado por un par de momentos malos. Por ejemplo, después que murió mi hija no pude escribir. Escribí primero una memoria que se llama Paula (1994), y luego pasé por un estado de parálisis. Por la rabia, no pude escribir ni una palabra. Y entonces empecé a pensar: «¿qué voy a hacer el resto de mi vida?, ¿cómo voy a ganarme la vida?». Ese fue un periodo malo. Y, recientemente, hará un par de años, antes de escribir Ripper, estaba pensando que ya era tiempo de retirarme para jubilarme, que ya tenía edad suficiente para descansar. Además, habían sucedido varias cosas malas en la familia. Mucha tragedia. Me sentía muy cansada. Fue cuando mi agente me dijo: «¿cómo se te ocurre que te vas a jubilar?».

Su agente literaria, Carmen Balcells, ha trabajado para otros famosos escritores como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa o Pablo Neruda.

Una mala periodista


Antes de lanzarse al mundo de la literatura, Allende fue periodista, pero ella misma admite que era mala. Incluso, cuenta una anécdota: una vez se reunió con Pablo Neruda, a quien pensó que iba a entrevistar y, cuando le pidió que comenzaran, el escritor chileno le dijo que no se dejaría entrevistar por ella «porque inventaba mucho» y le recomendó que mejor se dedicara a la literatura.

-¿Qué papel crees que jugó el periodismo en el inicio de tu carrera como escritora?

-Me dio cosas fundamentales. Me enseñó a escribir. Me enseñó a decir las cosas de una manera eficaz, utilizando el lenguaje para provocar un sentimiento o una emoción en el lector; a atrapar su atención en las primeras líneas. También creo que es muy importante trabajar a presión, saber que tú tienes un momento en que tienes que entregar tu trabajo. No puedes quedarte ahí, como hace mi marido, y tomarte todo el tiempo que quieras. Y, además, hay que tener en cuenta que siempre hay un interlocutor. A los escritores que no han pasado por el periodismo, por ejemplo, mi marido, les sucede que se olvidan que hay una persona al otro lado a quien tú le estás contando la historia. Yo siempre estoy pensando que hay una persona sentada en una silla en la cocina conmigo, y yo le estoy contando, a presión, la historia. No escribo para mí, ni para mis amigos: escribo para mis lectores.

De hecho, la entrevista telefónica con Isabel, quien no quiso hacerla en persona, transcurre de cocina a cocina.

Desahogo


-Cuando escribiste La Casa de los Espíritus, ¿soñaste con volverte tan famosa?

Yo era refugiada política en Venezuela. Había dejado mi país, mi familia, todo lo que tenía en Chile. No tenía posibilidad de volver a Chile. Estábamos en plena dictadura. Yo lo que quería era ganarme la vida de cualquier manera. Entonces trabajaba en una escuela doce horas diarias, un turno de mañana, otro de tarde. Llegaba a mi casa de noche, cansada, con la cabeza llena de ideas y de cosas que quería contar; cosas que me habían pasado, cosas que recordaba de mi vida anterior en Chile, de mi familia, en fin. Y no había ninguna válvula de escape para todo esto que había dentro. Y cuando me senté a escribir una carta para mi abuelo, lo que después se convirtió en La casa de los espíritus, lo único que quería era desahogarme.

En la mayoría de los libros de Allende, las mujeres juegan un papel trascendental: son heroínas, mujeres valientes, fuertes. En la vida real, para la escritora es muy importante que las mujeres logren alcanzar su independencia económica y ejercer libertades básicas, como la reproductiva.

-¿Por qué es tan importante para ti que las niñas tengan acceso a la educación?

-Mira al mundo. ¿Cuáles son los países más atrasados? Aquellos en los que las mujeres están sometidas, no tienen educación, ni acceso a la planeación familiar. Si las mujeres tienen educación y libertad, cambia la situación, ya no pueden controlarlas. Seguimos viviendo en un patriarcado, pero en la medida en que le damos poder a la mujer vamos a cambiar las cosas.

Allende tiene una fundación que ayuda a las mujeres: su página web es IsabelAllendeFoundation.org. y, a través de ella, ayuda económicamente a más de cien organizaciones que tienen que ver con educación, salud y protección de las mujeres.

Una distinción especial


Según su sitio de internet, la autora ha recibido 50 premios y ha sido distinguida con catorce doctorados internacionales.

-¿Qué significó para ti el doctorado honorario en Letras que te otorgó en mayo la Universidad de Harvard?

-Fue especial. Cuando me lo ofrecieron estaba mi mamá visitándome aquí, y yo ya le había dicho a mi asistente: «Cualquier cosa que me ofrezcan, premios, doctorados, diles que no. Ni siquiera me los muestres. Ya no quiero viajar a ninguna parte a recibir nada. Ya basta». Pero llegó Juliette, que era en aquella época mi secretaria, y me dice: «Oye, éste es de Harvard, ¿cómo les vamos a decir que no?». Entonces, mi mamá, mis hijos, todo el mundo, dijeron: «de todos los que tienes, éste es el más importante». Ya está, lo aceptamos.

El pasado 29 de mayo, la escritora fue honrada en Harvard junto con otras personalidades, como George Bush padre y Aretha Franklin. Fue una distinción de una de las universidades más prestigiadas del país en el que eligió vivir.

-¿Qué es lo que más aprecias de vivir en Estados Unidos?

-La libertad de pensamiento y el espacio. El que nadie me observa y que a nadie le importa lo que yo hago. Cuando voy a Chile me siento observada. Me siento en un ambiente pequeño. Acá soy un individuo, tengo acceso a toda la información que quiera, tengo espacio y privacidad. Que no la tendría en Chile.

Allende vive en Sausalito, cerca de Corte Madera, donde se encuentra una de sus librerías preferidas: Book Passage. En la enorme librería conocen bien a la escritora, porque acude con frecuencia. Incluso cuenta con una dirección de correo en el local, donde recibe correspondencia.

En la conferencia de escritores de misterio que organizó Book Passage entre el 24 y 27 de julio pasados, Allende alternó con su esposo, Willie. y Valerie Plame, una ex agente de la CIA que ahora también escribe libros.

Rituales


Allende escribe desde 1974, pero ahora que es una de las escritoras de habla hispana con más ventas, lo hace de una manera más relajada.

-¿Qué tanto han cambiado tus rituales de escritura?

-Antes tenía una disciplina prusiana para todo, entre otras cosas, para escribir. Me levantaba a las seis de la mañana, sacaba a pasear a los perros, me tomaba una taza de café y a las ocho y media ya estaba sentada en la máquina de escribir o en la computadora. Ahora me doy más tiempo, y no me pongo esos horarios tan pesados, ni tan fijos. Siempre escribo en la mañana. Soy mucho mejor en la mañana y tengo más energía. Empiezo temprano siempre, pero ya no trabajo catorce horas. Ahora pido ayuda para la investigación. Antes lo hacía todo yo sola.

Dice que ha comenzado a escribir todos sus libros un 8 de enero.

-¿Por qué ese día? -le pregunta una de las asistentes a la librería Book Passage.

-Porque hay que empezar un día responde la escritora. Confiesa que a veces no está inspirada en esa fecha y que hay ocasiones en que tira a la basura todo lo que escribe.

Dice a los presentes en la librería, adornada con fotos suyas posando con Barack Obama y otras celebridades, que para ella «escribir es como entrenar para algún deporte». Provoca una carcajada.

En Paula, Allende confiesa que escribir su primer libro le salvó la vida. Después de todo, quizá no sólo escribe para sus lectores, aunque los millones que han leído sus obras le agradecen que haya pospuesto el retiro.