El milagro de Lila Downs

LilaPor María Antonieta Mejía

El nuevo CD de Lila Downs se llama Pecados y Milagros: los pecados son los que no permiten que México avance. El milagro es su hijo Benito.Siempre es un placer entrevistar a Lila para escuchar la lucidez de sus ideas y entender mejor el espíritu aguerrido y noble de sus composiciones musicales. Esta vez la conversación es telefónica, ella está en Oaxaca, nosotros en San Francisco, pero la cercanía que permite nos hace sentirla menos lejos.

Ahora sí quiere conversar más sobre el tema de la maternidad, se le agradece la apertura. En una entrevista previa con El Mensajero, realizada en 2009 en la panadería La Victoria del barrio latino de la Misión reconoció lo que dolía no poder ser madre, pero ahora pudo hablar de su milagro: su hijo Benito Dxuladi, a quien llama «mi bendición» en su nuevo CD.

«Ese es mi milagro, pues no pensé que me fuera a renovar de tan inmediata manera este bebé. Diario aprendemos cosas nuevas con él y nos divertimos mucho. Es una fuente de luz y de amor para mi familia», dice Lila mientras se escucha levemente la vocecita del pequeño al otro lado de la línea telefónica.

No cuesta mucho trabajo imaginar que el nombre de su hijo está inspirado en Benito Juárez, el presidente mexicano de origen zapoteco. «Sí, en Benito porque es oaxaqueño, pero también en el santo, porque San Benito es un santo milagroso», afirma la cantante de raíces oaxaqueñas y estadounidenses.

El pequeño Benito es adoptado, lo cual no fue una decisión fácil, ni rápida para Lila e incluso la dificultad de ser madre la llevó por caminos tormentosos.

«Fíjate que yo había perdido la fe, de ahí sale ese disco que se llama La Cantina [de 2006]. Me tiré un poco al vicio porque estaba muy triste de no poder concebir, y en todo esto pasaron como cinco años. Mi mamá trababa de convencerme de que yo debía adoptar, pero me costó mucho tiempo decidirlo, porque es una decisión grande», explica Downs.

«Ahora me doy cuenta, fíjate, que uno tiene mucho prejuicio acerca de la adopción, porque uno cree: hay pues no es mi sangre, no va a ser mío de verdad, no es de nuestra raza. Miles de cosas que tenemos, y la sociedad también. Entonces ahora he descubierto muchas cosas con la adopción», continúa.

En su nuevo CD que salió al mercado el 31 de enero Lila Downs afirma en la dedicatoria que su pequeño hijo Benito le «devolvió la fe en la vida». En la entrevista con El Mensajero Downs dice que no hay que mirar la adopción como algo negativo porque a ella le ha llenado la vida de alegría.

Religión y revolución

Su nueva producción, explica Downs, está inspirada en los ex votos mexicanos, también llamados retablos o láminas, que son ilustraciones realizadas en láminas de hojalata que se ofrendan a los santos para agradecer un milagro concedido.»Los ex votos modernos a mí me parecen muy fascinantes porque es como un diálogo con Dios y con los santos. En estos tiempos en que vamos pasando una etapa muy difícil en México […] cuando el pueblo ya está desesperado, como que tenemos más diálogos con Dios», afirma la cantante.

Cada uno de los temas de su nuevo CD viene acompañado por un retablo o ex voto inspirado en alguna de sus canciones. Estas quince pinturas realizadas por artistas mexicanos además de ilustrar el disco serán exhibidas en el Museo Nacional de Arte de México (MUNAL) hasta el 6 de marzo.

Una de las canciones interpretadas por Lila junto con Totó la Momposina y Celso Piña viene acompañada por un retablo que trae entre sus elementos gráficos la imagen de Emiliano Zapata, la muerte y un campesino, entre otras cosas. A él se refiere Lila para hablar más sobre la difícil situación que atraviesa México.

«Hay un tema que compuse que se llama Zapata se queda, que está dedicado al Caudillo, porque creo que todos nos identificamos de alguna manera con el revolucionario, como mexicanos. Por una parte queremos una sociedad más justa, más moderna, en la que se respeten nuestros derechos, en la que los políticos respeten nuestra dignidad; pero al mismo tiempo tenemos muchos problemas culturales que traemos, como la mentira, pecaditos que a veces los consideramos insignificantes, pero que todo eso aporta a que no haya una mejoría en nuestra sociedad», explica.

Otro de los retablos que destacan en el CD, por la metralleta que aparece en primer plano, es el que ilustra a la canción La reyna del inframundo, la cual pareciera hacer referencia a alguna narcotraficante famosa como La reina del Pacífico, sin embargo dice Lila, sin mencionar ningún nombre, que está dedicada a una persona muerta.

«Es un tema un poco en la tradición de la canción chusca que es crítica. En los cuarentas y cincuentas se acostumbraba componer temas que criticaban alguna situación social del momento, y yo creo que a eso se refiere la canción. Es alguien que ya murió porque estaba involucrada en el crimen organizado y finalmente ella está cantando desde la muerte», explica Downs.

La canción cuenta la historia de una mujer delincuente cuya alma se encuentra penando en el purgatorio a varios metros bajo tierra y desde allá le dice a su amor que ya no podrá «mirar su linda cara», «ni con todo el dinero de este mundo».

El nuevo CD y la gira

La nueva producción incluye canciones compuestas por Lila Downs y Paul Cohen, su esposo y productor musical, así como piezas clásicas de la música mexicana como Cucurrucucú paloma de Tomás Mendez, Fallaste corazón de Cuco Sánchez o Vámonos de José Alfredo Jiménez.Además incluye Tu cárcel de Marco Antonio Solís, la canción Solamente un día, al ritmo de bachata y el tema Pecadora, que canta con los argentinos Illya Kuryaki and the Valderramas.

La gira Pecados y Milagros arranca a mediados de febrero y pasará por Nueva York el 18, Watsonville el 22, San Francisco el 23, Los Ángeles el 25 y Chicago el 3 de marzo, entre otras ciudades. El concierto de San Francisco se realizará en el Herbst Theatre ubicado en 401 Van Ness Avenue, y es presentado por el California Institute of Integral Studies (CIIS). Para más información consulta Ciis.edu.

Publicado en El Mensajero.com

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Navidad en Disney

Además de las atracciones típicas, encontrarás mucho para celebrar durante las fiestas en los parques de Disney

 

Pooh frente al arbolito de navidad.  Foto: María A. Mejía

Pooh frente al arbolito de navidad.
Foto: María A. Mejía

 

Por María Antonieta Mejía

ANAHEIM.— Desde los últimos días de noviembre y durante todo diciembre, los parques de diversiones Disneylandia y Disney California Adventure, en el sur de California, se llenan de espíritu navideño. A las atracciones típicas se suman decenas de arbolitos de Navidad divinamente adornados, personajes de Disney con gorritos de Santa Claus, e incluso se realizan desfiles totalmente dedicados a celebrar las fiestas decembrinas, con todo y renos.

Desde la semana del Día de Acción de Gracias, en la que muchas familias toman vacaciones, al igual que durante finales de diciembre, chicos y grandes acuden a los parques a disfrutar de los juegos y las atracciones.

La casa de los sustos más encantadora

Una de las paradas obligadas en Disneylandia en esta temporada es The Haunted Mansion (La Mansión Embrujada), donde un adorable Jack Skellington —protagonista de la película The Nightmare Before Christmas, de Tim Burton— hará muy divertido y diferente el trayecto por la mansión llena de fantasmas.

Jack, disfrazado de Sandy Claws (una especie de Santa Claus, pero con colmillos y mucho más flaquito) se pasea entre la enorme casa de los sustos, en la que se combinan los temas de Halloween y Navidad.Uno de los elementos que más destacan en la Mansión, además de Jack y de los simpáticos fantasmas (que en lugar de asustar encantan) es la enorme casa de galletas de jengibre que adorna el salón de baile de la mansión embrujada. Hay que estar atento porque hasta el aroma del jengibre se huele cuando el carrito de uno pasa por allí.

Navidad latina

Este año, en Disney California Adventure —el parque que está al lado de Disneylandia— se ofrece desde mediados de noviembre hasta el 6 de enero una atracción especial denominada: Disney ¡Viva la Navidad!

Está ubicada en el área de Paradise Garden, e incluye música latina en vivo, lecciones de baile, artesanías y puestos de comida donde se venden platillos típicos de México, como pozole, mole, champurrado y tamales. Del 3 al 6 de enero también habrá rosca de reyes, para celebrar el día en que llegan los Magos de Oriente.

Más allá de la Navidad

Si bien durante la temporada de fiestas verás arbolitos de Navidad y gorritos de Santa hasta en la sopa, los juegos y atracciones de siempre seguirán ahí.

Si vas a Disney California Adventure, no te olvides de visitar el área de Cars Land, que recrea escenas de la película Cars, de Disney-Pixar.Sin duda, el juego de Radiator Springs Racers te hará pensar que estás en una pista de carreras compitiendo a toda velocidad con tu familia. No hay que perdérselo.Una recomendación: si quieres entrar sin perder tanto tiempo en la cola (a veces puedes esperar más de una hora y media) fórmate unos veinte minutos antes que cierre el parque. La espera a esa hora es de unos treinta minutos o menos. Otra sugerencia es que apenas entres a California Adventure, vayas directamente al juego y retires tu Fastpass, para volver luego a la hora señalada y acceder a la atracción casi enseguida.

Disfruta sin pagar

La entrada a los parques de Disney no es barata, pero si quieres ver gratis los deslumbrantes fuegos artificiales que se ofrecen cada noche, acércate hasta la puerta de Disneyland unos veinte minutos antes de que empiecen, elige un lugar cómodo y obsérvalos desde afuera.

Mucha gente se congrega en el espacio que existe entre los dos parques, al que es fácil llegar desde la avenida Harborside o desde el Downtown Disney.Y otra cosa: si acudes en temporada de frío no te olvides de llevar uno o varios abrigos.

¿Y dónde dejo a mi perro?

Como bien te puedes imaginar, los perros no pueden entrar a los parques de Disney; pero si decides viajar con Rufus y no sabes dónde dejarlo, no te preocupes: los señores de Disney han pensado en todo, con tal que pases el día entero ahí dentro.

Los parques cuentan con servicio de guardería para perros, a un precio de $20 por todo el día. Tienes que llevar constancia de vacunación contra la rabia, el moquillo (rabies y distemper, en inglés) y la hepatitis, y te van a pedir que cada tres o cinco horas regreses a la guardería para pasear a tu amiguito de cuatro patas. Lo único importante es ¡que no se te olvide recogerlo antes de irte a tu casa!

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El día en que conocieron Disneylandia

Tres pequeñas argentinas cumplieron su sueño de conocer el famoso parque, pero no todo fue como lo imaginaban

Por María Antonieta Mejía

Walt Disney Studios. Foto: María A. Mejía

Walt Disney Studios. Foto: María A. Mejía

SAN FRANCISCO.— Para quien vive en el norte de California no es cosa del otro mundo ir en auto a Disneylandia. Pero para tres hermanitas argentinas llegar después de miles de millas en avión y más millas en carretera al famoso parque fue una experiencia realmente inolvidable. Antes que comenzara la primavera, Julia, Eugenia e Isabel viajaron con sus papás desde Argentina hasta California para conocer, entre otras cosas, la casita de Mickey Mouse.

Al llegar a Estados Unidos, Julia, la más chiquita, de cuatro años, no hacía más que hablar del día en que «iba a conocer a Mickey». No obstante, en el momento en que tuvo frente a frente al famoso ratón, ya no estuvo tan segura de querer tomarse la esperada foto.

Ella y sus hermanas posaron con el ratón Miguelito. Pero después de esa foto, Juli no quiso retratarse con otros personajes de Disney. Ni las princesas, ni el pato Donald lograron convencerla de posar con ellos. Con la sinceridad propia de una niña de cuatro años le hizo saber a su mamá la razón de su negativa: ella esperaba un Mickey «de verdad».

Isabel, Julia y Eugenia viajaron desde Argentina para conocer a Mickey Mouse.  Foto: María A. Mejía

Isabel, Julia y Eugenia viajaron desde Argentina para conocer a Mickey Mouse.
Foto: María A. Mejía

Para Eugenia, de ocho años, la experiencia de conocer Disneylandia fue única: comentó que el parque era «mucho más grande» de lo que se había imaginado.

«Estuvo re-lindo, la pasamos hermoso», opinó Euge. No obstante y sin perder la sonrisa, resaltó algunas de las cosas que no le convencieron: «algunos juegos estuvieron medio, medio… y en otros tuvimos que esperar mucho tiempo, la cola era bastante larga», afirmó.

«El final, los fuegos artificiales, fue la parte que más me gustó. Cuando salió Campanita volando, estuvo hermoso. A mí, la verdad que me fascinó», comentó Eugenia. Ella y su familia viven en Roldán, una ciudad cercana a Rosario.

El parque de al lado

A pesar que la experiencia en Disneyland fue maravillosa para Eugenia, después de un serio análisis sugirió que le había gustado más el parque de al lado: Disney California Adventure.

«El juego de Cars, el más nuevo, estuvo re-lindo», afirmó, refiriéndose a Radiator Springs Racers, una de las atracciones más populares del remozado parque, donde uno se sube a un autito como los de la película y va a gran velocidad. Sin embargo, a la chiquita no le gustó nada el aburrido tiempo de espera. «Nosotros hicimos una cola más corta, pero mi mamá hizo una hora y media. Imaginate», remató con el típico acento de la provincia argentina de Santa Fe.

La mayor parte de la fama internacional le pertenece sin duda a Disneylandia, con sus legendarias atracciones como Los Piratas del Caribe, Un mundo pequeño, o el tren que va rodeando el parque, y a bordo del cual se puede ver incluso dinosaurios «electrónicos» o el Gran Cañón del Colorado en miniatura. Pero es Disney California Adventure, construido sobre el antiguo estacionamiento de Disneyland y renovado en 2012, el que parece atraer más a las nuevas generaciones por sus juegos novedosos. Por ejemplo, los que se encuentran en Cars Land, la tierra que reproduce en cuatro dimensiones a los personajes y lugares de las películas Cars y Cars 2. Allí conviven el Rayo McQueen (Lighting McQueen) con su inseparable Tom Mate (Tow Mater, en inglés), el restaurant-gasolinería de Flo y la vulcanizadora de Luigi y Guido.

A Isabel, la mayor de las hermanas, le gustó más este parque «porque tenía mejores juegos». Pero admite que Disneyland también la impresionó mucho.

«Era más lindo y más grande de lo que esperaba. Lo que más me deslumbró fue el castillo», agregó, con la inocencia de sus diez años.

Si bien las atracciones más nuevas resultaron muy populares para las tres hermanas, hay que decir que algunos de los juegos más viejitos también les gustaron mucho.

A Eugenia le encantó el juego de las sillitas voladoras de Dumbo; y a Isabel, el Tiki Room, donde unos pajarracos animados cantan y entretienen a los presentes con algunas bromas tan viejas como ellos. Aunque renovada un par de veces, la atracción es de las originales. Estaba entre las preferidas del mismísimo Walt Disney, y él mismo la estrenó en 1955 al abrir Disneylandia.

«Esto no es real»

Con sólo cuatro cumpleaños a cuestas, Julia, la más pequeña, parecía confundir la fantasía y la realidad en varios momentos de su visita. En el Jungle Cruise, o Crucero de la Jungla —donde se ven elefantes, cocodrilos y leones durante un paseo en lancha— la pequeña preguntó si los animales eran de verdad.

«No, no son de verdad», le respondió una de sus acompañantes, para su tranquilidad. Luego de pensar durante unos minutos —y tal vez recordando la experiencia definitoria con el ratón Mickey— Julia resumió su impresión general sobre el parque de diversiones: «La verdad, acá en Disney, hay un montón de cosas de mentira».

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