Mis ocho atracciones favoritas de Praga

Minientrada

Vista desde el Castillo de Praga. Foto: María A. Mejía

Por María Antonieta Mejía

Para ir a Praga cualquier temporada es buena. La primera vez que fui era verano y andaba con una mochila al hombro. La más reciente fue el otoño pasado. Es una de mis ciudades preferidas y si la visitan hay lugares que no deben perderse.

Para empezar

Desde la ventana del Hotel Praga 1. Foto: María A. Mejía

A diferencia de otras ciudades europeas igualmente hermosas como París, el alojamiento en Praga es más barato. Por ejemplo, si viajan en invierno en temporada baja por ahí del 20 de febrero, una habitación de hotel para dos personas en el Hotel Villa Montparnasse de París les puede costar unos $103 dólares por noche. En contraste en el Hotel Praga 1, de Praga, la habitación doble les podría costar unos $76 dólares en la misma fecha. Ambos hoteles son muy cómodos, limpios y tienen buena ubicación. Además cuando yo me quedé en el Hotel Praga 1 el desayuno estaba incluido y en el hotel de París no.

 

Lo que más me gusta de Praga

 

Turista posando para una foto en el Puente de Carlos. Foto: María A. Mejía

  1. Hay muchos sitios interesantes para conocer en Praga, pero a mí el que más me gusta para empezar el recorrido es el Puente de Carlos o Karluv Most. Es uno de los puentes más famosos y hermosos de Europa. A lo largo del puente uno puede ver diversas estatuas antiguas de santos e incluso sobar a uno de ellos con el propósito de regresar (según cuenta la leyenda popular). También hay artistas pintando, músicos, y un montón de turistas.
  2. El Reloj Astronómico es una belleza. Si pueden suban a la torre y vean la vista de Praga desde lo alto. Pero la verdad, lo más interesante se observa desde abajo. Cada hora ante la mirada fascinada de cientos de turistas (aguas con sus carteras) el reloj ofrece un espectáculo de apóstoles y estatuas mecánicas que vale la pena disfrutar. El reloj tiene más de 600 años de antigüedad.

    Reloj Astronómico de Praga. Foto: María A. Mejía

  3. El Teatro Nacional o Narodni Divadlo. Es el lugar donde se presentan los mejores espectáculos de ópera y de ballet en la capital checa. El edificio en sí es una joya arquitectónica y su enorme tamaño representa la gran importancia que tiene la vida cultural en Praga. Un espectáculo de ópera en un asiento barato les puede costar unas 350 coronas (unos 15 dólares). No dejen de ir.
  4. Rudolfinum. En Praga hay muchos lugares para ir a escuchar música clásica. Incluso dentro de algunas iglesias antiquísimas pueden deleitarse con melodías de autores famosos. Uno de mis sitios preferidos en mi última visita fue este recinto neorenacentista, en el que pude disfrutar de la música de Mozart, Vivaldi, Bach y Dvorak, entre otros.
  5. Castillo de Praga o Prazsky hrad. Como toda ciudad de cuento de hadas, en Praga no podía faltar un castillo. Este es un lugar que debe de estar en su lista de sitios obligados para visitar en la capital checa. Es inmenso y puede resultar abrumador, pero como decía mi papá: «No es manda». Antes de llegar hagan su investigación y empiecen por lo que más les interese ver. El Castillo de Praga fue construido en el siglo IX y está integrado por un conjunto de palacios y edificios conectados por pintorescas callecitas. Mi sugerencia es que comiencen por la Catedral de San Vito. En el castillo pueden quedarse todo un día o si tienen poco tiempo por lo menos unas cuatro o cinco horas.

    Praga está llena de cafeterías interesantes. Pero por favor se controlan con el azúcar. Foto: María A. Mejía

  6. Un café a la salud de Kafka. El nombre del famoso escritor checo Franz Kafka se puede encontrar en todas partes a lo largo de Praga. Hay un museo de Kafka, una inmensa cabeza plateada de Kafka que se mueve a las afueras de un centro comercial, souvenirs de todo tipo e incluso un café que lleva su nombre, y donde según cuentan nació el escritor. El café no es cosa del otro mundo, pero para tomar un macchiato por 85 coronas (menos de cuatro dólares), no está mal. En café está cerca del barrio judío.

    La capital checa es un paraíso para los amantes de la cerveza. ¡Salud! Foto: María A. Mejía

  7. Cervecerías checas. No es una, son varias, y por eso mejor recomendarles que vayan a todas las que puedan. Una en particular que me encantó fue la cervecería del Monasterio de Strahov. El pretexto fue ir a conocer el monasterio y la hermosa biblioteca antigüa que está en su interior, pero al salir, y con el frío que hacía, no hubo más remedio que probar la cerveza que elaboran ahí. Una delicia total. Y para acompañarla no dejen de pedir el sandwich de cerdo. Mmmm.

    Una de las pinturas de la Epopeya Eslava de Alphonse Mucha. Foto: María A. Mejía

  8. La obra Epopeya Eslava (Slav Epic) del artista Alphonse Mucha. No se pueden ir de Praga sin deleitarse con las enormes pinturas de este artista checo. Mucha es conocido por sus pinturas e ilustraciones de estilo art nouveau y tardó años en terminar su obra maestra de 20 enormes pinturas en las que narra la historia de los checos y los eslavos.

Otros consejitos

La primera vez que viajé a Praga, de mochilera y universitaria, no contaba con mucho presupuesto para comer. En esa ocasión la comida de Praga me pareció bastante mala en general. Pero en mi segunda visita y después de muchos años descubrí que es cuestión de buscar.

No es que Praga sea una de mis ciudades favoritas por su comida, pero se pueden encontrar delicias callejeras y baratas como el goulash, el trdelnik, el vino caliente y el strudel de manzana.

Buen viaje, disfruten de Praga y luego me cuentan cómo les fue.

P.D. Y no se olviden de sobar al santo del Puente de Carlos para que regresen… A mí sí me funcionó.

Hay que sobar al santo correcto para regresar a Praga. Foto: María A. Mejía

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Monsieur Periné: entre lo francés y lo chévere

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Por María Antonieta Mejía

*Publicada el 22 de abril de 2016 en eltecolote.org

Redwood City.- Con total gracia y desenfado, Santiago Prieto -uno de los fundadores del grupo colombiano Monsieur Periné- cuenta vía telefónica el origen del nombre de la banda. Dice que en sus inicios, cuando tocaban en bodas y otros eventos sociales, decidieron que tenía más caché tener un nombre galo que uno colombiano… por aquello del malinchismo latinoamericano.

«Nosotros hacíamos muchos conciertos que eran bautizos, matrimonios y cosas así. Nos contrataba la gente… digamos, pudiente de Bogotá para amenizar sus eventos. Entonces, pues dado que en nuestros países en todo Latinoamérica hay un esnobismo y un malinchismo fuertísimo, nos decidimos poner un nombre francés para conseguir más trabajo», explica Santiago.

Prieto, cofundador del grupo que combina ritmos como el swing francés de los años 30 y 40 con el bolero y el jazz, asegura sentirse muy entusiasmado por el primer concierto que realizarán en San Francisco el próximo 5 de mayo.

«El de San Francisco es uno de los conciertos que más le tenemos expectativa, pues obviamente todos sabemos de la ciudad, de la gente que la habita, de cómo piensan y cómo viven el arte y la música» afirma el músico, mientras le da instrucciones a un taxista que lo lleva rumbo a una playa colombiana.

El grupo, conocido en el ámbito de la música latina alternativa, logró un Grammy Latino el año pasado en la categoría de Mejor Nuevo Artista. Santiago dice que para ellos ese triunfo fue «súper chévere».

«Estamos muy agradecidos con esa oportunidad que nos da la vida, sobre todo de poder mostrar la música. De últimas, los Grammys son una herramienta de marketing: puedes llegarle a más gente que la que le llegabas antes y te da una especie de sello de calidad; entonces eso nos ha venido muy bien», explica el músico, que toca el charango, el violín y la guitarra.

Su acompañante y la influencia francesa

Desde Colombia, Santiago cuenta que en el taxi rumbo a la playa va acompañado de ‘Cata’. Catalina García, la cantante del grupo, en buena medida también es responsable de la influencia francesa que los caracteriza.

Según Prieto, ‘Cata’ estudió en el Liceo Francés de Cali y por eso desde muy pequeña aprendió el idioma y la cultura. Además, dice que tanto él como otros miembros de la banda descubrieron desde muy jóvenes el gusto por la música del guitarrista gitano Django Reinhardt.

Ritmos latinos

La bien lograda fusión de ritmos latinos y europeos de Monsieur Periné han hecho que artistas consolidados como Eduardo Cabra de Calle 13 y Rubén Albarrán de Café Tacvba se interesaran por la música de la banda sudamericana.

Prieto dice que Cabra -‘Visitante’ de Calle 13- empezó a seguirlos a través de redes sociales, y después se puso en contacto con ellos. El artista de la famosa banda puertorriqueña produjo el álbum Caja de Música, con el que Monsieur Periné ganó el Latin Grammy el año pasado.

Por su parte, Rubén Albarrán participa con su voz en la canción Cempasúchil, que hace referencia a la famosa flor que se usa el día de muertos en México.

Para el grupo colombiano ha sido muy valioso todo lo que han aprendido a través de sus giras: dicen que toda esa riqueza cultural tratan de reflejarla en su música.

«El disco de cierta manera es un diario de viajes», dice Santiago acerca de Caja de Música. Al escucharlo «vas a México, vas a Europa, vas al mar, vas a las montañas».

Antes de la gira, a descansar a la playa

La gira norteamericana de Monsieur Periné comenzará el 27 de abril en Arizona y llegará a San Francisco el 5 de mayo con una presentación en The Chapel.

Pero antes de arrancar el tour, Santiago nos confirma que van de camino a la playa de Buritaca, en el norte de Colombia, donde descansarán un par de días y cargarán baterías para iniciar el periplo que los traerá por primera vez a la San Francisco.

*Publicada el 22 de abril de 2016 en eltecolote.org

http://eltecolote.org/content/en/arts_culture/colombian-band-blends-cultures-to-great-effect/